Vicenta es pobre, analfabeta y vive en una humilde casita en las afueras de Buenos Aires. Su hija menor, Laura, que sufre retraso madurativo severo, está embarazada producto de un abuso sexual. Al enterarse, Vicenta solicita a los médicos que le practiquen a su hija una interrupción legal del embarazo, pero una jueza, muy cristiana ella, prohíbe el aborto a pesar de estar autorizado por Ley para estos casos. Vicenta inicia entonces una lucha contra viento y marea en pos que los derechos de su hija sean respetados.